Hola, soy Andrea, mamá y fundadora de Blozzon, y si hay algo que me costó al principio fue lograr que mi bebé durmiera tranquilo.
Probé de todo: canciones de cuna, masajes, apagar todas las luces, dejar una luz encendida… hasta que entendí algo que lo cambió todo: no era suerte, era rutina.
Y aquí te dejo lo que realmente funcionó para nosotros en nuestro hogar.
1. Empieza con un baño tibio
El baño no solo limpia, también relaja.
El agua templada ayuda al cuerpo del bebé a bajar la temperatura y le da una señal clara: “es hora de descansar”.
Procura hacerlo siempre a la misma hora, sin apuros, y en un ambiente tranquilo.
Tip: después del baño, seca con una toalla suave y masajea con crema o aceite natural. Ese contacto piel con piel también ayuda a liberar oxitocina, la hormona del bienestar.
2. Crea un ambiente predecible
Luz baja, sin pantallas, sin ruidos fuertes.
Un pequeño ritual repetido todas las noches (baño → pijama → canción → dormir) le enseña a tu bebé a asociar esas señales con el descanso.
Y sí, los bebés entienden rutinas mucho antes de lo que creemos.
3. Elige bien el pijama
Parece un detalle, pero hace toda la diferencia.
Durante meses busqué prendas que no dieran calor ni frío, que no irritaran su piel sensible y que fueran fáciles de poner a medianoche.
Así descubrí el bambú, un tejido natural que regula la temperatura, respira y es tan suave que parece una caricia.
Fue justo ahí cuando nació Blozzon — porque el descanso del bebé también empieza con lo que lleva puesto.
4. Silencio (pero no absoluto)
El ruido blanco puede ser un gran aliado.
Suena como un “shhh” constante y ayuda a que los bebés se sientan seguros, como cuando estaban en el vientre.
Puedes probar apps o incluso máquinas pequeñas diseñadas para eso.
5. Sé constante, incluso cuando parezca no funcionar
El cuerpo y la mente del bebé necesitan tiempo para adaptarse.
Lo importante es mantener las señales y los horarios.
Un día sin rutina no pasa nada, pero mantenerla la mayor parte del tiempo te regalará noches mucho más tranquilas (para ambos).
En resumen:
Una buena rutina de sueño no es magia.
Es repetición, cariño… y un pijama que abrace sin apretar.
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Con cariño,
Andrea
Mamá y fundadora de Blozzon